El pasado fin de semana, el Clec Fashion Festival volvió a tomar la ciudad de Valencia para hacer de la conjunción de moda, música, fotografía y gastronomía un punto de encuentro entre creativos. Diseñadores emergentes y artistas consagrados se volvieron a ver las caras en el espectacular edificio L’Hemisfèric, en la segunda edición del que ya es el gran evento (y celebración) de la moda valenciana. Y es que desde que la plataforma se presentase al mundo con una primera convocatoria celebrada en febrero de 2020 –apenas dos semanas antes de que la pandemia paralizase todos los eventos y presentaciones programadas– su director Miquel Suay, junto a su equipo, no han dejado de trabajar en una segunda edición que ha superado sin lugar a dudas las expectativas.
Cuando aún la crisis sanitaria no había arremetido en nuestras vidas y el Covid parecía ser algo lejano que nunca llegaría a afectarnos, Clec Fashion Festival se preparaba para celebrar su primera edición. Un primer encuentro de un evento hasta entonces desconocido surgido con un único propósito: hacer de Valencia una cuna de talento, favoreciendo a su vez las sinergias creativas interdisciplinares. Los que tuvimos la suerte de acudir a la que fue su carta de presentación, en forma de convocatoria de dos días en cuyo cartel se congregaban multitud de desfiles, charlas y mesas redondas, shows de cocina y una interesante programación musical, ya advertimos el potencial que la nueva plataforma aún tenía por explotar. Y parece que esta segunda edición no hace sino reafirmar nuestra hipótesis de partida.

De 404 Studio, quien se alzase con el premio Mercedes-Benz Fashion Talent en la última edición de Allianz Ego en la pasarela madrileña, al alicantino Domingo Rodríguez, alma máter de Dominnico y uno de los grandes ausentes de esta segunda edición, cuyo trabajo fue reconocido con el galardón Who’s On Next concedido por Vogue España hace unos días. Son muchos los jóvenes creadores que, partiendo de la Comunidad Valenciana, han conseguido elevar la moda nacional y expandirla más allá de nuestras fronteras. Una generación de talentos que parece suceder a quienes fuesen (y siguen siendo) algunos de los grandes nombres de la moda mediterránea, como Isabel Sanchís o Francis Montesinos, también presentes en Clec Fashion Festival.
Pero si hay algo que ha logrado el festival valenciano es hacer de la suma de fuerzas entre creativos su pilar fundamental, distanciándose de la competitividad y rivalidad de un entorno que, en ocasiones, favorece el desencuentro entre propuestas distintas entre sí. Un programa equilibrado en el que las creaciones independientes van de la mano de las firmas más consolidadas del sector, que lejos de opacar a los diseñadores emergentes, los eleva y los celebra.

Basta con echar un vistazo al listado de marcas y artistas que han protagonizado esta segunda edición. Nombres como Yvan Andreu, Eduardo Navarrete (en cuyo casting encontramos al artista y director creativo Eduardo Jairycovich o el siempre impresionante Alvaro Mars, habitual de la Fashion Week de Londres, han desfilado estos días por la que es una de las construcciones más sorprendentes de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, convertida en la localización estrella del evento.

O el jovencísimo Jesús Sanmartín, quien con su marca Sanmartín protagonizó una de las presentaciones más maduras del desfile colectivo reservado a los talentos emergentes, encargado de poner el broche de oro al gran evento. Y es que son pocos los recién graduados que después de haber presentado su colección debut miran al futuro con tanta precisión y coherencia, haciendo de su segunda propuesta una incipiente exploración del terreno comercial partiendo de la que fuese su carta de presentación, Reconocido prestigio.
Miquel Suay fue el encargado de poner el acento reivindicativo en esta segunda edición, haciendo de la presentación de su nueva marca MQL un sentido homenaje a la figura de la poeta y periodista afgana Nadia Anjuman, quien perdió la vida a manos de su propio marido tras la publicación de su primer libro de poemas, Flor ahumada.

Por su parte, Custo Barcelona debutó en Clec Fashion Festival con su colección I Trust Me, con la que había viajado recientemente a Nueva York. Más de cincuentas piezas construidas sobre el optimismo y la esperanza, en forma de una apetecible propuesta que desprende una energía arrolladora convertida en el sello personal de la firma. Tampoco quiso faltar a la cita Ágatha Ruíz de la Prada, quien ya estuvo presente en la primera edición del festival valenciano.

Pero si hay algo que hace de Clec una plataforma innovadora y necesaria, es su firme apuesta por las sinergias interdisciplinares. Y es que más allá de los desfiles de moda, pudimos disfrutar de fashion talks donde se reflexionó y debatió sobre temas tan importantes como la sostenibilidad, la artesanía digital o las posibilidades que el formato de fashion film confiere, además de shows de cocina a cargo de algunos de los chefs locales más reconocidos, photo shootings, actividades relacionadas con el beauty y un cartel musical en el que no faltó DJ Pepino Marino, protagonista del fin de fiesta de la primera jornada. En definitiva, Clec no deja de consolidarse como una plataforma de referencia en términos de talento hacia la que cada vez más profesionales del sector miran atentamente.
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Alvaro Mars
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Custo Barcelona
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Eduardo Navarrete
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Visori
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Yvan Andreu
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